CON EL VERDI A SUS PIES

En una noche con lleno total en el teatro Verdi, se presentó QUIJOTADA, con dos funciones de lujo, la primera dedicada a los niños, con el musical infantil El Ratón Pérez, que dejó casi tanta gente sin poder entrar como la que sí pudo hacerlo.
Similar concurrencia hubo por la noche (un poco más de 700 personas), cuando QUIJOTADA estrenó Las mil y una noches, musical que tuvo como protagonistas a Pablo Bonetto en el papel del Sultán Solimán, a Tamara Pereyra como Feiza (la madre del Sultán) y a María Luz Rovira, interpretando a Elena, luego Sheresade.
La noche comenzó con la inigualable presentación de Héctor Cavagliato y el escenario lleno de “olas de mar”. La mil y una noches, como se sabe, es un clásico de la literatura universal, que fue impreso por primera vez a comienzos del 1700 y recopila una serie de cuentos y mitos orientales, entrelazados por la historia principal, la del Sultán con Elena.
La puesta en escena de QUIJOTADA, con música y textos originales de Angel Malher y Pepe Cibrian Campoy, fue tan contundente como emotiva. Las luces y el sonido no tuvieron fallas y a la escenografía y el vestuario le sobró calidad y encanto. El papel de los actores fue directamente estupendo, demostrando un crecimiento en cuanto lo actoral que sorprende y que sobrepasa lo esperado por todos, desde los encargados de la parte técnica y directores de escena, hasta el público, que aplaudió, como siempre pasa con QUIJOTADA, de pie y con lágrimas en los ojos.
Otra actuación contundente, emotiva y sin igual, de estos jóvenes que no paran de crecer y que no se conforman con la excelencia conseguida, sino que están en constante crecimiento.