
QUIJOTADA volvió a regalar belleza y pasión en la tarde del 29 de mayo.
Para empezar, se presentó en las instalaciones del IPEM 322, que volvieron a quedar chicas para la concurrencia del público, en este caso niños de jardines de infantes y guarderías de Villa María y Villa Nueva. El encuentro tuvo como excusa celebrar el Día de los Jardines de Infantes.
La puesta en escena fue “El Ratón Pérez, tu primer musical”, obra compuesta por el dúo magistral de Pepe Cibrián y Angel Malher.
La obra en cuestión es un musical, que es interpretado por el grupo de QUIJOTADA INFANTIL, junto con algunos integrantes adolescentes. Además de la apuesta sin condiciones al arte, QUIJOTADA INFANTIL es una apuesta fuerte a la recuperación y el cuidado de ese espacio único y fundamental en la vida de todos: la infancia.
Los niños espectadores además de aportar su desbordante energía, pidieron con efusiva ansiedad y a gritos que comenzara la función, para luego prestar atención en silencio y aplaudir entusiasmados el final de cada escena.
Además de esta deslumbrante actuación, los más grandes se presentaron más tarde en la cede del INESCER, dando cierre a los actos conmemorativos del vigésimo primer aniversario de mencionada institución. La puesta fue con un pasaje coreográfico de la obra “Las mil y una noches”, también de los maestros Cibrian-Malher.
Para empezar, se presentó en las instalaciones del IPEM 322, que volvieron a quedar chicas para la concurrencia del público, en este caso niños de jardines de infantes y guarderías de Villa María y Villa Nueva. El encuentro tuvo como excusa celebrar el Día de los Jardines de Infantes.
La puesta en escena fue “El Ratón Pérez, tu primer musical”, obra compuesta por el dúo magistral de Pepe Cibrián y Angel Malher.
La obra en cuestión es un musical, que es interpretado por el grupo de QUIJOTADA INFANTIL, junto con algunos integrantes adolescentes. Además de la apuesta sin condiciones al arte, QUIJOTADA INFANTIL es una apuesta fuerte a la recuperación y el cuidado de ese espacio único y fundamental en la vida de todos: la infancia.
Los niños espectadores además de aportar su desbordante energía, pidieron con efusiva ansiedad y a gritos que comenzara la función, para luego prestar atención en silencio y aplaudir entusiasmados el final de cada escena.
Además de esta deslumbrante actuación, los más grandes se presentaron más tarde en la cede del INESCER, dando cierre a los actos conmemorativos del vigésimo primer aniversario de mencionada institución. La puesta fue con un pasaje coreográfico de la obra “Las mil y una noches”, también de los maestros Cibrian-Malher.